de
puntos de vista capaces de unificar el clasicismo con las
novedades de la Edad Moderna, superando definitivamente los
modelos de la última Edad Media. Lógicamente
estas novedades produjeron escándalo precisamente allí
donde las cuestiones teológicas y filosóficas
gozaban de mayor consideración: Alcalá. En efecto, en 1519 Diego López de
Zúñiga publicó Annotationes contra
Erasmus in defesionem translationis novis testamenti (1519).
"Apenas llegada a Alcalá la edición grecolatina
del Nuevo Testamento, hecha por Erasmo, López de Zúñiga
hizo alarde de despreciar la obra admirada por todos, y de
asombrarse de verla en manos de Jiménez. Muerto
éste, Zúñiga publicó sus opúsculos
contra Lefevre, traductor de San Pablo, y Erasmo, editor e
intérprete del Nuevo Testamento. _ La participación
de López de Zúñiga en los trabajos de
la Biblia Políglota le permitió juzgar el trabajo
exegético de Erasmo, y su voz de apasionado adversario
y de exaltado patriota despreciador de la ciencia de los hombres
del Norte, la elevaba estridente contra el Sabio de Rotterdam,
contrastando con el silencio que guardaba Nebrija y el comendador
Griego, verdaderos maestros complutenses"23.
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Además
de orgullo nacional existían luchas entre teólogos
puros y escrituristas, que basaban sus conocimientos en un
estudio directo de la Biblia y de las Sagradas Escrituras
y como utensilios el aprendizaje de las lenguas y de las artes.
Todas estas contraposiciones trasversales o verticales entre
las diferentes escuelas de teología, entre los escrituristas
y los canonistas ejemplifican el ambiente de contraste, libertad
y reforma de la cultura en los territorios carolingios. Por
ejemplo en Alcalá los escrituristas y los teólogos
eclécticos fueron por lo general favorables a Erasmo;
no así los teólogos puros y los juristas de
Valladolid y Salamanca. Pero a estas razones se mezclaron
las políticas, los grupos de poder entre Gattinara
y Cobos, entre fieles al emperador y simpatizantes de los
Comuneros de Castilla. Contra Erasmo dictaron sentencias críticas
Francisco de Vitoria, Alonso de Córdoba, Bernardino
Vázquez de Oropesa (todos
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