profesores
en la ciudad del Tormes). "El revuelo producido por sus
doctrinas fue causa de que el inquisidor general Alonso Manrique
convocara en 1527 las juntas de Valladolid, a las que asistieron
29 teólogos, entre ellos Francisco de Vitoria"24.
Como escribe R. García Cárcel, demostrando la
influencia y el atractivo del humanista nórdico en
España: "El inquisidor Manrique decidió
suspender las sesiones de la congregación librando
así a Erasmo de las provisiones adversas que le hubieran
venido encima"25.
No cabe duda de que la difusión de Erasmo contribuyó
a crear un ambiente de libertad frente a la autoridad y a
la tradición, pero también representa una llamada
a la religiosidad auténtica, en un momento de contrastes
donde la profanización de la vida, empezando por la
Ciudad Eterna, era cada vez más una realidad. Como
escribió el filósofo catalán Joaquín
Xirau, en esta época coinciden
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la Roma papal y las herejías más
extremadas. "Lo sagrado tiende a disolverse en lo profano.
Es la afirmación
de la vitalidad frente a todos los valores que tienden a coartarla.
La belleza y la vida se sobreponen a la conciencia moral y
religiosa, el ímpetu de las fuerzas espontáneas
rompen la valla de la ley. La espontaneidad de la vida se
expande en la luz de la razón y en el esplendor del
arte. _ Frente a Italia se levanta el Norte.
En el ejercicio de la libertad
funda su protesta. A la espontaneidad vital, a la razón
y a la sensibilidad dependientes y despreocupadas es preciso
oponer los imperativos sagrados de la conciencia moral y religiosa,
a la Roma pagana, la pureza de la vida cristiana. Mediante
el contacto directo con la palabra divina revelada en los
libros sagrados la conciencia humana, independiente y libre,
entra en contacto con Dios"26.
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[24]
Ob. cit., p. 227.
[25] Ver: La cultura
del Siglo de Oro, ob. cit., p.31. .
[26] Ver: "Luis Vives y el Humanismo"
en Educación y cultura (México), n. 5,
mayo 1940; hoy en Obras completas II, Barcelona, Anthropos,
1998, p. 505.
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