1050. Jerusalén
El nacimiento de la Orden se remonta aproximadamente al año 1050. Según las crónicas, algunos mercaderes de la antigua república marinera de Amalfi obtuvieron del Califa de Egipto el permiso para construir en Jerusalén una iglesia, un convento y un hospital en el que asistir a los peregrinos de cualquier fe o raza. La Orden de San Juan de Jerusalén - la comunidad monástica dedicada a la gestión del hospital para asistencia a los peregrinos en Tierra Santa - se hizo independiente bajo la dirección del Beato Gerardo Tenque. Con la bula del 15 de febrero de 1113, el Papa Pascual II aprobó la fundación del Hospital y lo puso bajo la tutela de la Santa Sede, con derecho a elegir libremente a los superiores, sin interferencia de otras autoridades laicas o religiosas. En virtud de aquella bula el Hospital se transforma en Orden exenta de la Iglesia.
La constitución del reino de Jerusalén, por obra de los Cruzados, obligó a la Orden a asumir la defensa militar de los enfermos, de los peregrinos y de los territorios conquistados por los cruzados a los musulmanes. La Orden pasó a ser religiosa y militar a la vez. Todos los caballeros eran religiosos, ligados por los tres votos monásticos, de pobreza, de castidad y de obediencia.
Con el tiempo, fue adoptada la cruz octagonal blanca que, todavía hoy, es el símbolo sanjuanista. A la misión hospitalaria se sumó el deber de la defensa de la Cristiandad.
1310. Rodas
Después de la pérdida del último baluarte en Tierra Santa en 1291, la Orden se estableció primero en Chipre y luego, en 1310, bajo la dirección del Gran Maestre Frey Foulques de Villaret en la isla de Rodas.
Desde aquel momento la defensa del mundo cristiano exigía la existencia de una fuerza naval y la Orden construyó una potente flota y empezó a surcar los mares orientales, comprometiéndose en la defensa de la Cristiandad en numerosas y célebres batallas, entre las que destacaron las de las cruzadas en Siria y en Egipto.
Desde el inicio, la independencia de otros Estados concedida en virtud de decretos pontificios, junto con el derecho, universalmente reconocido, de mantener y armar fuerzas militares, constituyó la base de la soberanía internacional de la Orden.
Los miembros de la Orden que se congregaban en Rodas procedentes de las distintas partes de Europa, así como las instituciones de la Orden en Europa, desde principios del siglo XIV fueron agrupados según sus distintas Lenguas. Inicialmente era siete: Provenza, Auvernia, Francia, Italia, Aragón-Navarra, Inglaterra (con Escocia e Irlanda) y Alemania. En 1492 Castilla y Portugal se separaron de la Lengua de Aragón para constituir la octava Lengua. Cada Lengua comprendía los Prioratos o Grandes Prioratos, los Bailiajes y las Encomiendas.
La Orden era gobernada por el Gran Maestre (Príncipe de Rodas) y por el Consejo, acuñaba moneda y mantenía relaciones diplomáticas con los otros estados. Los otros cargos de la Orden se conferían a los representantes de las diversas Lenguas. La sede de la Orden, el Convento, estaba integrada por religiosos de diversas nacionalidades.
1530. Malta
Después de seis meses de asedio y de crueles combates con la flota y el ejército del Sultán Solimán el Magnífico en 1523 los Caballeros tuvieron que rendirse, abandonando la isla de Rodas con honores militares.
La Orden quedó sin territorio durante algunos años, hasta que, en 1530, el Gran Maestre Frey Philippe de Villiers de l'Isle Adam tomó posesión de la isla de Malta, cedida a la Orden por el Emperador Carlos V, con la aprobación del Papa Clemente VII.
Se estableció que la Orden permanecería neutral en las guerras entre naciones cristianas.
En 1565 los Caballeros, a las órdenes del Gran Maestre Frey Jean de la Valette (que dio el nombre a la capital de la isla de Malta, Valetta), defendieron la isla del ataque y del Gran Asedio Turco, que duró más de tres meses.
1571. La batalla de Lepanto
La flota de la Orden, considerada una de las más potentes del Mediterráneo, contribuyó a la destrucción definitiva del poderío naval de los otomanos en la batalla de Lepanto de 1571.
1798. El exilio
Dos siglos después, y precisamente en 1798, Napoleón Bonaparte, durante la campaña de Egipto, ocupó la isla, obligando a los Caballeros, que tenían prohibido por la Regla de la Orden alzar las armas contra otros cristianos, a abandonar la isla. En 1800 los ingleses ocuparon Malta, pero aunque fueron reconocidos los derechos soberanos de la Orden sobre Malta en el Tratado de Amiens (1802), la Orden no pudo jamás retornar a Malta.
1834. Roma
Después de transferirse temporalmente a Messina, Catania y Ferrara, en 1834 la Orden se estableció en Roma, donde posee, con garantía de extraterritorialidad, el Palacio de Malta en via Condotti 68, y la Villa en el Aventino.
Siglos XX y XXI
Desde entonces, la misión original de asistencia hospitalaria ha sido la actividad principal de la Orden, que se intensificó a lo largo del último siglo, gracias a las actividades de los Grandes Prioratos y de las Asociaciones Nacionales presentes en diversos países del mundo.
La actividad hospitalaria y caritativa se desarrolló a gran escala durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial bajo la jefatura del Gran Maestre Frey Ludovico Chigi della Rovere Albani, y se intensificó aún más bajo el Gran Maestre Frey Angelo de Mojana di Cologna (1962-1988), cuyo sucesor es el actual Príncipe y Gran Maestre Frey Andrew Bertie.
Para conocer las actividades actuales de la Orden se puede visitar la sección "Actividades Médicas e Humanitarias" de esta página web.
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